.

Blog sobre la Enseñanza y Divulgación de la Física


domingo, 26 de julio de 2009

¿AFECTAN NUESTRA SALUD LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS?



Podemos decir que somos seres bioquímicos, pero también somos de naturaleza bioeléctrica o mejor dicho de naturaleza bioelectromagnética.


Por: Diego Arias Serna*

Madrid (España)





El desarrollo tecnológico siempre ha generado leyendas populares relacionadas con sus efectos sobre la salud de las personas. Así se dio con el advenimiento del ferrocarril. En su época se decía que éste iba tan rápido (50 kilómetros por hora, en 1840) que el cerebro se podía quedar atrás. La competencia también ha producido leyendas intencionadas, como fue el caso de la disputa entre Thomas Alva Edison (1847-1931) y Nikola Tesla (1856-1943).

Edison, quien dejó más de 1.000 patentes, entre ellas la del fonógrafo y la famosa bombilla de filamento, usó la señal eléctrica de corriente continua para el funcionamiento de sus inventos. Cuando Tesla desarrolló la teoría de la Corriente Alterna y logró un motor de inducción con base en esta última, entonces Edison sintió temores de la competencia y difundió la idea de que dicha corriente era perjudicial para la salud humana. Ante la fama de Edison, esta desinformación hizo carrera en su época.

El siglo pasado y en esta primera década del siglo XXI, la humanidad ha sido testigo de un gran desarrollo industrial y de la tecnología de consumo masivo, lo cual ha permitiendo que un sector importante de la sociedad haga uso del teléfono, la radio, la televisión, el microondas, el computador, el iPod, etc. Paralelo a la aparición de todos estos dispositivos electrónicos se ha disparado la “hipocondría tecnológica” y tanto los mitos como las leyendas citadinas han generado temores, protestas y demandas judiciales.

Simultáneamente muchas investigaciones se han orientado para verificar o desmentir si el campo electromagnético (CEM) genera efectos sobre la salud. La Organización Mundial para la Salud (OMS) también ha tomado partido y como uno de sus objetivos es proteger la salud pública, ha respondido a la preocupación de la sociedad, creando en 1996 el “Proyecto Internacional CEM”, para evaluar las pruebas científicas sobre los daños que causa a la salud los CEM en el intervalo de 0 a 300 GigaHertz (GHz).


¿MENTIRAS O VERDADES?

¿Qué tan cierto es que el celular produce cáncer? ¿Es posible freír un huevo y hacer palomitas (maíz pira) con teléfonos celulares? ¿Es peligroso el microondas?

Para responder a estas preguntas vamos a poner en contexto el concepto de campo electromagnético:

El movimiento de cargas eléctricas en un metal conductor origina ondas de campo eléctrico y magnético o CEM. Estas ondas o campos electromagnéticos se pueden producir en una antena y transmitirse a través del espacio a la velocidad de la luz en el vacío, es decir, 300.000 kilómetros por segundo. El CEM tiene asociada una energía electromagnética que puede ser captada por las antenas de radio, TV, celular, etc. Sin embargo, los campos eléctricos y magnéticos pueden existir independientemente uno del otro y se les conoce como campos estáticos, como el que aparece en las pantalla de TV y del computador.

Nuestro propio cuerpo es un enjambre de señales electromagnéticas. El organismo tiene dos sistemas de comunicación: Uno es de base química (sistema endocrino) y el otro eléctrico (sistema nervioso). En el segundo caso las señales son electromagnéticas y nuestro organismo posee una red de distribución con “estaciones centrales” y “subestaciones” que vendrían siendo las células neuronales.

Estas señales eléctricas son las que miden los electrocardiogramas o electroencefalogramas. Podemos decir que somos seres bioquímicos, pero también somos de naturaleza bioeléctrica o mejor dicho de naturaleza bioelectromagnética, pues por definición las cargas eléctricas en movimiento constituyen el magnetismo.

El físico Ruso Vladimir P. Kartsev, en su libro Tres milenios del imán escribió: “El mundo es magnético, el sol es magnético, el universo es magnético, lo es desde las gigantescas nebulosas lejanas hasta las partículas elementales. Miríadas de campos magnéticos de diferente origen atraviesan al hombre”.

EL HOMBRE ES UN IMÁN

El hombre también es un imán: las corrientes biológicas del cuerpo engendran en derredor un fantástico dibujo pulsativo de líneas de fuerza magnéticas. La Tierra en la que vivimos es un gigantesco imán azul. El sol -la esfera amarilla de plasma- es un imán mayor aun. Las galaxias y las nebulosas, apenas visibles con radiotelescopios, son imanes de dimensiones inconcebibles”. De manera natural hemos evolucionado rodeados e impregnados de CEM.

El CEM en función de su frecuencia, se clasifica en campos de frecuencia extremadamente baja (FEB), por debajo de 300 Hertz (Hz, ciclos por segundo). Son los producidos por las líneas de conducción de la electricidad o los aparatos eléctricos; campos de frecuencia intermedia (FI), de 300 Hz a 10 MegaHz (MHz), como los creados por las pantallas de los computadores y campos de radiofrecuencia (RF), de 10 MHz a 300 GHz, que son los de los teléfonos celulares, la TV, la radio y los hornos microondas. Los anteriores CEM se consideran de frecuencia relativamente baja porque existen otros de frecuencias mucho más altas, como la luz visible, los rayos X, gamma.

Cuando se estudian los efectos biológicos del CEM, conviene diferenciar dos rangos de frecuencias: Las ionizantes y las no-ionizantes, pues la forma como actúan sobre los sistemas biológicos son muy diferentes.


POSIBLES CAMBIOS MOLECULARES

La ionización es un fenómeno que permite el desplazamiento de electrones de los átomos y moléculas, lo cual puede generar cambios moleculares que podrían producir lesiones en los tejidos biológicos, incluyendo efectos en el código genético (ADN). Para que estos efectos puedan darse, el CEM debe ser de muy alta energía como sucede con los rayos X y los rayos gamma. Por eso estos dos tipos de rayos son ionizantes y peligrosos para la salud, aunque bien manejados son muy importantes en clínicas y centros de salud, lo mismo que en la industria, pero teniendo en cuenta todas las medidas de seguridad.

El CEM de FEB, RF, (10 MHz a 300 GHz, que son los de los teléfonos celulares, la TV o la radio, y los hornos microondas), la luz visible y el infrarrojo son conocidos como no-ionizantes, y por lo tanto no causan ionización de átomos y moléculas incluso a intensidades altas. Pero este rango de CEM puede ceder energía suficiente, al incidir sobre los seres vivos, tal que produzca calentamiento, como pasa con los hornos microondas.

El Ministerio de Sanidad y Consumo del gobierno español, delegó a un grupo de expertos para elaborar un “Informe técnico sobre los efectos a la salud del CEM”. Después de un estudio minucioso sobre buena parte de las publicaciones que arrojaban las investigaciones llevadas a cabo sobre el tema, el grupo de expertos expresó en uno de los apartes del extenso documento lo siguiente: “Según la mayoría de los artículos, los campos de radiofrecuencias, y en particular las frecuencias utilizadas por los teléfonos móviles, no son genotóxicas: no inducen efectos genéticos in vitro (en cultivos celulares) e in vivo (en animales), por lo menos bajo condiciones no térmicas (condiciones que no producen calentamiento), y no parecen ser teratogénicas (causar malformación congénitas) o inducir cáncer. Podría haber, únicamente, sutiles efectos indirectos en la replicación y/o transcripción de los genes bajo condiciones de exposición relativamente restringidas que se alejan de las condiciones reales” Pág. 16.

En la II parte, el próximo domingo, presentaré los planteamientos del científico Vini Gautam Khurana y el resultado de sus investigaciones sobre el teléfono celular y nuestra salud, también explicaré por qué con celulares no podemos freír huevos y las conclusiones, hasta el momento, de la OMS.

La internet se ha convertido en excelente dinamizador de las leyendas urbanas asociadas con la tecnología, pues para mucha gente todo lo que se dice allí lo consideran como verdad.

Continuando con los planteamientos sobre los posibles efectos de los campos electromagnéticos (CEM) sobre la salud, voy a comentar un artículo muy polémico que Vini Gautam Khurana puso en internet en marzo de 2008 y que tituló: “Mobile Phones and Brain Tumours: A Public Health Concern” (Teléfonos móviles y tumores cerebrales: Un problema de salud pública). Khurane es profesor asociado de neurocirugía de la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional de Australia. El artículo puede ser leído en www.brain-surgery.us.


La publicación fue el resultado de la indagación de más de cien artículos de la literatura científica y médica que había sobre el tema de la salud y el CEM. El estudio fue motivado, parece ser, por la publicación aparecida en mayo de 2006 en dos importantes periódicos de Australia. Los periodistas Adam Morton y David Rood del “The Age” y Lisa MacNamara del “The Australian”, informaron que la planta superior del “Royal Melbourne Institute Technology” fueron cerradas después de que un séptimo trabajador fue diagnosticado con un tumor cerebral.

Las personas diagnosticadas con el tumor laboraban en la última planta del edificio, y en la azotea estaban instaladas torres de telefonía celular. Después de una investigación oficial no se encontró nexos entre las torres de telefonía y el tumor cerebral.

Si correlacionamos el título del artículo de Khurane con la hipótesis que formula, se puede inferir que ha sido cuidadoso con su estudio. En la página 13 escribe: “The hypothesis of this work is that malignant brain tumours can be caused by “excessive” and prolonged mobile phone use”. En castellano se leería: La hipótesis de este trabajo es que los tumores malignos del cerebro pueden ser causados por “excesivo” y prolongado uso de teléfonos móviles.


¿TUMOR CEREBRAL POR CAUSA DEL CELULAR?

La hipótesis del trabajo deja implícito que, inicialmente, no se puede asegurar rotundamente lo que dice el título. En la página 3 afirma: “El tiempo de incubación o lactancia del tumor cerebral está entre 10 y 20 años”.

Este tiempo de incubación es un factor importante en el diagnóstico del paciente que resulte afectado con un tumor cerebral y su relación con el uso del teléfono celular o su interacción con antenas. Por lo tanto, tenemos derecho a preguntarnos ¿cuántos de los documentos reportados y, en particular, los analizado por Khurana han tenido en cuenta este tiempo de incubación?

En la misma página 3 el autor escribe que “entre los años 2008 y 2012 apenas es tiempo suficiente para empezar a observar el impacto de la tecnología del celular y su incidencia sobre los tumores cerebrales”. Si tenemos en cuenta el inicio del uso masivo del celular y el tiempo de lactancia, entonces su estudio, que duró 14 meses y terminó en febrero de 2008, no está dentro del margen que él mismo da para hacer un análisis confiable.

Otro aspecto a tener en cuenta y que los especialistas en el tema lo saben muy bien, es que una enfermedad y en particular el tumor cerebral, puede ser originada por múltiples factores, entre ellos la herencia y en los estudios reportados no se dice o se dice muy poco al respecto. Así que el estudio del investigador Australiano presenta varias falencias y por eso es cuestionado.

Fue precisamente el Centro Australiano para Investigaciones de los Bioefectos de la Radiofrecuencia (ACRBR)” uno de los primeros en manifestarse y en apartes de su declaración dice: “la revisión es inexperta e incompleta y contiene una serie de errores fácticos. En particular, Khurana omite considerar la cualidad científica relativa de diferentes estudios. Esto produce un análisis desequilibrado de la literatura, que también es selectiva en respaldo a los argumentos del autor”. Más información sobre el tema se puede encontrar en www.acrbr.org.au.

UNA BROMA QUE SE PROPAGÓ POR INTERNET

La internet se ha convertido en excelente dinamizador de las leyendas urbanas asociadas con la tecnología, pues para mucha gente todo lo que se dice allí lo consideran como verdad. En el año 2000 Charles Ivermee “colgó” en la internet la broma del huevo freído en 60 minutos con dos teléfonos. Él mismo dice que lo hizo para agregar un poco más de insensatez a la otra leyenda que afirmaba que el cerebro se podía freír por el uso del celular.

La ACRBR muestra en un vídeo que efectivamente lo del huevo y el celular no es cierto. El video puede verse en www.acrbr.org.au/ScienceWeek.aspx.

Lo del huevo ha generado artículos en revistas donde se hacen cálculos termodinámicos que demuestran la falacia. Por ejemplo, P Roura, J Fort and J Saurina: “How long does it take to boil an egg? A simple approach to the energy transfer equation,” ¿Cuánto tarda en hervir un huevo? Un enfoque simple de la ecuación de transferencia de energía”) European Journal of Physics, Vol. 21 Pág. 95– 100, 2000.

Los cálculos demuestran que en 60 minutos y teniendo en cuente que los celulares emiten a una potencia que está entre 0.2 y 60 watios, el huevo sólo aumenta su temperatura en 13 grados Celsius, así que ni encontrándose a una temperatura ambiente de 40 grados, a como suele llegar en algunos lugares de España, se podría freír, pues se requiere entre 65 y 70 grados para lograrlo. Es más fácil cocer el huevo con la energía solar y en mucho menos de 60 minutos si se hace uso de trucos de óptica. Son broma, pues, lo del huevo y el maíz pira.


¿Y QUÉ PASA CON EL USO DEL MICROONDAS?

El microondas donde calentamos los alimentos, funcionan a una frecuencia de 2.450 MHz y esta frecuencia produce una agitación de las moléculas de agua, lo cual produce el calentamiento de los alimentos, pero no les hace ningún efecto nocivo. Lo que si es cierto es que los utensilios plásticos o de metal liberan toxinas. Por eso no se deben usar con el microondas. También es conveniente que los empaques de la puerta del microondas estén en buen estado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice: “En la actualidad las investigaciones se han concentrado en resolver la pregunta si es que exposiciones de bajo nivel aún a niveles tan bajos como para causar incrementos significativos de temperatura, pueden causar efectos adversos a la salud. Varios estudios epidemiológicos recientes en usuarios de teléfonos móviles, no encontraron evidencia convincente de un incremento de riesgo de cáncer cerebral. Aunque la tecnología es muy reciente para descartar posibles efectos a exposiciones prolongadas.

Agrega la OMS: “Dado que el uso de esta tecnología se ha generalizado, el grado de incertidumbre científica y los niveles de aprehensión pública, son necesarios estudios científicos rigurosos y comunicación clara con el público”.

Para más información sobre el tema recomiendo el documento de la OMS: “Estableciendo un diálogo sobre los riesgos de los campos electromagnéticos”, que pueden conseguir en la internet.

Como resultado positivo de todo lo que ha circulado sobre los CEM y la salud, se puede destacar la actitud de las empresas fabricantes para producir teléfonos celulares de menor potencia y las normativas de varios gobiernos sobre el uso del espectro electromagnético. Lo cual contribuye a minimizar los posibles riesgos sobre la salud. Nosotros debemos no abusar con el uso del celular, pues conferencias extensas y con el teléfono muy pegado al oído, pueden incidir en la producción de malestar. Lo que sí está demostrado, sin ninguna duda, es el aumento de accidentes vehiculares cuando el conductor usa el celular.

No hay comentarios.:

Edmar - Física. Con tecnología de Blogger.