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Blog sobre la Enseñanza y Divulgación de la Física


domingo, 20 de setiembre de 2009

Con ustedes, la única astrónoma del Perú




María Luisa Aguilar Hurtado tiene 71 años y asegura que siguió esa carrera por la sensación de libertad que experimenta

Por Jorge Moreno Matos



A sus 71 años, la doctora María Luisa Aguilar Hurtado, vecina de Breña, exhibe una vitalidad como pocas mujeres de su edad. Mientras conversamos, no para un instante de abrumarnos con detalles científicos y datos matemáticos que en boca de ella parecen más sencillos de lo que en verdad son. Antes de iniciar el diálogo, la vemos ir de un lado para otro, saludar a unos, dar instrucciones a otros. Cuando por fin empieza la conversación, quedamos asombrados por su sabiduría y sencillez.

Doctora, tengo entendido que usted es la única astrónoma del país.
Sí, así es.

¿Y por qué?

Porque en el Perú el desarrollo de las ciencias en general no es lo que uno quisiera. Aunque algunas especialidades se han desarrollado mucho, como las ciencias médicas, por ejemplo, otras han estado ausentes, como las ciencias astronómicas.

¿Y cómo nace su interés por la astronomía?

Por mi padre, que era muy culto y me daba a leer siempre muchos libros. Un día me regaló “El segundo sexo”, de Simone de Beauvoir, y quedé prendada del concepto de libertad.

¿Y de qué manera relaciona eso con la astronomía?

Quería estudiar y trabajar en algo que me diera ese sentido de la libertad que había aprendido en tantas lecturas.

¿Y ese algo fue la astronomía?

Sí, porque el astrónomo, como todos los científicos, elige su trabajo de investigación, nadie le dice cómo tiene que hacerlo. Es libre en su creación.

¿En San Marcos enseñaban astronomía en esa época?

No. Solo había tres lugares donde poder estudiar astronomía: Japón, Estados Unidos y Argentina. Me fui a Argentina, que estaba dentro de mis posibilidades.

¿Y luego volvió?

Sí, en el año 1969 y me incorporé a San Marcos. Pero encontré muchos resabios coloniales que ya había olvidado estando en Argentina. Había una gerontocracia muy dura y un machismo muy oscuro en las instituciones.

¿Y al poco tiempo se divorció?

Yo me separé con un niño de 10 meses, una niña de casi 3 años y un niño de casi 6.

¿Y a pesar de eso pudo dedicarse a la investigación?

Así es, salí adelante en mis dos carreras: la astronomía y mis hijos. Por eso digo que no le tengo miedo a la vida.

LA FICHA

Nombre: María Luisa Aguilar Hurtado.
Profesión: Astrónoma.
Edad: 71 años.

Trayectoria: Nació en Jauja. Estudió astronomía en la Universidad Nacional de La Plata de Buenos Aires, Argentina, y se doctoró en San Marcos. Es divorciada, tiene tres hijos y un yerno que, para su felicidad, es un físico teórico.

VIERNES DE CIENCIA

Treinta años mirando el universo
Doctora, qué me diría si le digo que tengo un hijo de 13 años que me ha pedido que le compre un telescopio y yo le he dicho que no porque son juguetes caros que no ayudan mucho.
Que es un tonto.
¿Por qué?*
Porque si con un telescopio de 10 aumentos Galileo fue capaz de cambiar la faz del mundo, imagínese lo que se puede hacer ahora con los telescopios modernos.

¿En serio?

Lo pone en contacto no solo con el deslumbramiento que significa observar el universo, sino también con la tecnología. Podrá tomar fotos de objetos que están a 5 mil millones de años luz.

¿Todo eso con un pequeño telescopio?

Sí. Aprenden, por ejemplo, mecánica fina. Porque para seguir a un astro, se trabaja con un tornillo micrométrico.

¿Y qué es un tornillo micrométrico?

Es un tornillo donde un grado de ángulo se ha dividido en un millón de partes.

Creo que el que se va a comprar uno soy yo, doctora.

Si usted y su hijo quieren aprender astronomía, vengan el viernes a las 6 p.m. a la Facultad de Ciencias de San Marcos (en la ciudad universitaria). Desde hace 30 años tenemos los viernes astronómicos dirigidos a escolares, profesores y todo aquel que quiera aprender astronomía.

¿Desde hace 30 años?

Sí, ininterrumpidamente. Solo cuando cierra la universidad o hay huelgas no hay conferencias. Aunque venga una sola persona, dictamos clase.

LA ANÉCDOTA

“Durante la época del terrorismo, en los 80, la imagen del Perú estaba no solo muy dañada, sino también exagerada. Recuerdo que en una ocasión vino un profesor visitante estadounidense cuya esposa había leído que por culpa del terrorismo no había comida en el país. Una tarde me llamó y me dijo que ya no podía con todo lo que le mandaba su esposa para comer, que lo ayudara. Llamé a los alumnos y ese día hubo un banquete en la facultad. Cuando regresó a su país, me envió una carta en la que me decía que no solo extrañaba mucho la comida peruana, sino que además su esposa le dijo que había subido mucho de peso”.

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